En pos de una agricultura sustentable, la investigación y las nuevas estrategias de fertilización son clave para lograr mayor productividad. En esta línea, Rizobacter amplía su portfolio de microgranulados: a la ya probada mezcla química de Nitrógeno, Fósforo, Azufre y Zinc de Microstar PZ, introduce una nueva fórmula que complementa su desempeño. Los fertilizantes microgranulados, provenientes de Europa, han abierto camino en una industria que no había tenido grandes novedades en las últimas décadas. Haciendo punta, Rizobacter comenzó a trabajar para posicionarlos como una herramienta eficiente para enfrentar los nuevos desafíos productivos. Progresivamente, su uso se fue adaptando a las distintas estrategias de fertilización ya existentes. Así, de la mano de la francesa DeSangosse, en 2012 introdujo al mercado Microstar PZ; y hoy lanza Microstar CMB como parte de una estrategia de ampliación de la oferta según necesidades nutricionales. En numerosos casos, estas tecnologías reemplazaron a los tradicionales commodities. debido a la alta eficiencia de uso generada por la posibilidad de aplicarse junto a la semilla, lo que -sumado a la virtud de ser rápidamente disueltos- asegura una gran disponibilidad de nutrientes en un momento de alta criticidad para la planta y el cultivo. También se han destacado por vehiculizar nutrientes que poseen dos características bien marcadas: por un lado, la poca movilidad en el suelo y, por otro, la complejidad de dosificar para que estén disponibles en forma temprana y cuya respuesta sea cada vez más notoria. Microstar CMB amplía las posibilidades de respuesta en cultivos de leguminosas y en ambientes con alta exigencia nutricional donde comienza a detectarse deficiencias por debajo de los umbrales de respuesta en Boro en otras especies. Con el mismo modo de funcionamiento que Microstar PZ, el nuevo Microstar CMB promueve una nutrición balanceada donde cada granulo tiene todos los componentes, agregando a los tradicionales nutrientes (fósforo, nitrógeno, azufre y Zinc) nuevos nutrientes específicos como ser el Cobalto, Molibdeno, Boro y Calcio. Su fórmula también incluye la tecnología TPP constituida por una serie de ácidos orgánicos que le da una protección extra al fósforo, maximizando su biodisponibilidad para la planta. Esto se traduce en un mejor arranque del cultivo (vigor, homogeneidad, volumen radicular, sanidad, mayor número y calidad de nódulos en leguminosas) incrementándose su efecto diferencial ante situaciones de déficit y stress. Consecuentemente, el cultivo nutrido con Microstar logra sobreponerse, e incluso en algunos casos, no mostrar síntomas adversos versus los tratamientos tradicionales con comodities. Esta nueva formulación lanzada al mercado es el resultado de la investigación conjunta entre Rizobacter y la comunidad científica especializada, una política que la compañía ha implementado hace tiempo (ver cuadro Ferraris, G. 2018. Manejo de la fertilización fosforada en soja. Resumen de conferencia.). Avances tecnológicos de este tipo permitirán sumar alternativas para vencer la batalla de las actuales “brechas productivas”.